La revista científica PLoS ONE ha publicado un estudio según
el cual las represas que los gobiernos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y
Perú planean construir en los ríos afluentes del Amazonas tendrían un serio
impacto ecológico en toda la región.
Matt Finer, del Centro para la Legislación Ambiental
Internacional, con sede en Washington D.C., dirigió la investigación que evaluó
el impacto conjunto de más de 150 embalses que afectarían el flujo vital de los
ríos Caquetá, Madeira, Marañon, Napo, Putumayo y Ucayali.
“Los resultados del estudio son muy preocupantes dada la
conexión crítica entre las montañas andinas y las planicies amazónicas”, señaló
Finer a la BBC. “No parece haber planes estratégicos sobre las consecuencias
potenciales de perturbar una conexión ecológica que ha existido durante
millones de años”, añadió.
“Cerca del 40% ya están en etapa avanzada de planeamiento,
es decir, ya existen procesos contractuales. El número representa un gran
aumento, ya que actualmente existen 48 represas con capacidad de más de 2
megavatios (MW) en la Amazonia andina”, aseguró.
“Lo que es crucial destacar es que 53% de las represas
nuevas serían de 100 MW o más y esto es un aumento de más de seis veces en el
número de represas de gran tamaño. Actualmente, por ejemplo, solo existe un
gran embalse de más de 1000 MW en la Amazonia andina, pero hay planes para
otros 17”, dijo el científico.
De otro lado, informan que más del 80% de las represas
planeadas contribuirían a la deforestación como consecuencia de la construcción
de carreteras o la inundación de terrenos.
Finer señala que “la falta de políticas regionales” obedece
principalmente a que los proyectos “están siendo evaluados en forma individual
antes de ser construidos” y que la trayectoria de los ríos que nacen en los
Andes “es compleja y multinacional”.
“Encontramos en los informes oficiales que los gobiernos de
Ecuador, Perú y Bolivia, por ejemplo, describen a la energía hidroeléctrica
como una pieza central de sus planes energéticos a largo plazo. La demanda
doméstica extra proyectada para los tres países es de 7,000 MW adicionales,
debido a un mayor uso energético y a esfuerzos para reemplazar centrales
termoeléctricas”, señaló el investigador.
“Nosotros les responderíamos a los gobiernos que utilizando
un análisis estratégico, podrían identificar mejor y priorizar represas de bajo
o mediano impacto y eliminar la necesidad de construir represas de alto
impacto”, argumentó.
El estudio recomienda un planeamiento estratégico que evalúe
el impacto de los embalses a escalas espaciales mayores, por ejemplo, a nivel
de toda la cuenca de un río y sugieren crear un plan estratégico para asegurar
que se mantenga el libre flujo de los torrentes desde los Andes hasta la
Amazonia.
Finalmente, Finer apuntó que hasta ahora el libre flujo de
los seis ríos estudiados prácticamente no había sido afectado; sin embargo,
“con la construcción de dos mega represas en el Río Madeira, que ya están casi
terminadas, el número de conexiones no afectadas se reducirá a cinco”.
“Y con la variedad de represas planeadas para al menos
cuatro afluentes, podría haber solo una o dos vías que fluyen libremente.
¿Cuáles serán las implicaciones en el futuro? Nadie lo sabe”, remarcó. (Peru21 –
Naturaleza Animales y Plantas de Perú)