Estatua a Fermín Tangüis Parque de la Reserva Lima - Perú |
El Algodón Peruano - Gossypium barbadense/variedad Tangüis, fue desarrollado por el ingeniero Fermín Tangüis, recibiendo su nombre como homenaje.
El Tangüis, es un algodón que crece en los valles irrigados de la costa central y sur del Perú.
Es un tipo de algodón que se produce principalmente en la región Ica, al sur de Lima desde comienzos del siglo XX.
Se caracteriza por su fibra larga, resistencia a las enfermedades, los parásitos, y su buena adaptación a la mayoría de los valles de las zonas centro y sur de la costa peruana.
De acuerdo a la clasificación internacional, el algodón Tangüis pertenece al grupo de Algodones de Fibra Larga, juntamente con los algodones Lambard de Sudán, Giza 47 y 67 de Egipto y El Paso y Akala de los Estados Unidos.
La fibra que se obtiene de esta variedad presenta características definidas que la convierten en única y especialmente deseable para mezclas con lana y otras fibras de carácter manufacturado.
Se utiliza también en mezclas con otros algodones de inferior calidad.
Por la excelente calidad de su fibra, el Tangüis es muy apreciado en los mercados internacionales.
Su aparición permitió renacer el cultivo del algodón en el Perú y revolucionar la industria textil sus especiales características.
¿Quién fue Don Fermín Tangüis?
Fermín Tangüis (San Juan , Puerto Rico 29 de Marzo de 1851 - Lima, 24 de agosto de 1930), fue un hombre de negocios puertorriqueño, agricultor y científico que desarrolló la semilla que eventualmente produciría el Algodón Tanguis en Perú y salvaría su industria algodonera.
Tangüis fue a trabajar a Lima, Perú como contador comercial. En 1889 decidió dedicarse a la agricultura en el valle de Pisco cultivando el algodón. A fines del siglo observó que las matas de algodón morían por efectos de un hongo llamado Cotton Wilt. La enfermedad se extendió por todos los sembríos de algodón provocando que los agricultores de la zona abandonaran esta actividad.
Tangüis inició un estudio y la experimentación de nuevas especies resistentes a la plaga; sus esfuerzos fueron muy penosos y frustrantes, pero fue perseverante. Después de 10 años de investigaciones y experimentaciones logró una especie de algodón resistente.
“Pasó por la hacienda Zárate, de propiedad del señor Julio Barrenechea, y vio con gran asombro una planta que vegetaba lozana y que era completamente distinta: tenía fibra larga era muy blanca, de gran colchón y de brote belloso. Determinó entonces seleccionar esta clase que parecía reunir buenas condiciones, se echó al bolsillo diez bellotas, junto con algunas otras clases de algodón que encontró en el mismo campo. Determinó el porcentaje de fibra, dándole el 45 %. Como se ve era un porcentaje elevadísimo. Vio que las semillas eran chicas y con algunas rayitas de pelusa que corrían a lo largo de la semilla”. Federico Uranga.
Y así continuó con sus experimentos hasta que al séptimo año pudo sembrar mayor cantidad del algodón que había finalmente seleccionado y la regaló a los agricultores de la zona diciéndoles:
El nuevo algodón “especial”, como lo llamaba su creador, fue bautizado algodón Tangüis, a insistencia de los agricultores Coloma y Graham Rowe, a pesar de la oposición del propio Tangüis.
Se trataba de una variedad que no sólo resistía el Cotton Wilt, sino que superaba al Egipto y al Mitafifi en producción unitaria; además, su fibra larga y gruesa tuvo gran demanda en hilanderías, ya que no se rompía y era fácil de ser manufacturada. Por último, su cultivo requería poca agua y era muy rústico, por lo que podía ser sembrado en lugares que antes no se consideraban aptos para el algodón.
El Tangüis, se difundió rápidamente por los valles de la costa, contribuyendo a un nuevo auge algodonero.
Fermín Tangüis, muere el 24 de agosto de 1930 y sus restos descansan en el cementerio Presbítero Maestro de Lima.
El algodón Tangüis crece en el valle de Cañete (al sur de Lima) y en la Costa Central del Perú.
En 1918, Perú comenzó a exportar la variedad de algodón Tangüis, que junto con la exportación de azúcar, permitió que el gobierno de ese entonces, cubriera el presupuesto nacional.
Tangüis fue a trabajar a Lima, Perú como contador comercial. En 1889 decidió dedicarse a la agricultura en el valle de Pisco cultivando el algodón. A fines del siglo observó que las matas de algodón morían por efectos de un hongo llamado Cotton Wilt. La enfermedad se extendió por todos los sembríos de algodón provocando que los agricultores de la zona abandonaran esta actividad.
Tangüis inició un estudio y la experimentación de nuevas especies resistentes a la plaga; sus esfuerzos fueron muy penosos y frustrantes, pero fue perseverante. Después de 10 años de investigaciones y experimentaciones logró una especie de algodón resistente.
“Pasó por la hacienda Zárate, de propiedad del señor Julio Barrenechea, y vio con gran asombro una planta que vegetaba lozana y que era completamente distinta: tenía fibra larga era muy blanca, de gran colchón y de brote belloso. Determinó entonces seleccionar esta clase que parecía reunir buenas condiciones, se echó al bolsillo diez bellotas, junto con algunas otras clases de algodón que encontró en el mismo campo. Determinó el porcentaje de fibra, dándole el 45 %. Como se ve era un porcentaje elevadísimo. Vio que las semillas eran chicas y con algunas rayitas de pelusa que corrían a lo largo de la semilla”. Federico Uranga.
Y así continuó con sus experimentos hasta que al séptimo año pudo sembrar mayor cantidad del algodón que había finalmente seleccionado y la regaló a los agricultores de la zona diciéndoles:
“Aquí tienen una clase de algodón buena, resiste el decaimiento y produce más”
El nuevo algodón “especial”, como lo llamaba su creador, fue bautizado algodón Tangüis, a insistencia de los agricultores Coloma y Graham Rowe, a pesar de la oposición del propio Tangüis.
Se trataba de una variedad que no sólo resistía el Cotton Wilt, sino que superaba al Egipto y al Mitafifi en producción unitaria; además, su fibra larga y gruesa tuvo gran demanda en hilanderías, ya que no se rompía y era fácil de ser manufacturada. Por último, su cultivo requería poca agua y era muy rústico, por lo que podía ser sembrado en lugares que antes no se consideraban aptos para el algodón.
El Tangüis, se difundió rápidamente por los valles de la costa, contribuyendo a un nuevo auge algodonero.
Fermín Tangüis, muere el 24 de agosto de 1930 y sus restos descansan en el cementerio Presbítero Maestro de Lima.
El algodón Tangüis crece en el valle de Cañete (al sur de Lima) y en la Costa Central del Perú.
En 1918, Perú comenzó a exportar la variedad de algodón Tangüis, que junto con la exportación de azúcar, permitió que el gobierno de ese entonces, cubriera el presupuesto nacional.