Esta es una historia increíble y maravillosa que comienza aproximadamente en el año 146 a.C., con el fin de las guerras púnicas.
Después de que Roma vence a Cartago y destruye por completo sus ciudades, matando a sus habitantes, los sobrevivientes, entre los que se encontraban cartagineses y celtas, desesperados, huyen en los barcos de la poderosa flota del Imperio Púnico.
Sin posibilidades de retorno, se dirigen hacia las islas Canarias y luego hacia occidente, sin un destino conocido, y después de muchas jornadas llegan a las costas de lo que hoy es Brasil y entran por el río Amazonas.
Recorren el Amazonas durante mucho tiempo sin encontrar lugares apropiados para establecerse, y finalmente, llegan al límite del río navegable.
La expedición continúa a pie por la región de San Martín, dejando varios asentamientos llegando a las inmediaciones de Chachapoyas, en la región de Amazonas, donde establecen la sede de gobierno y el asentamiento principal.
Desde allí, llevan a cabo una obra maravillosa e increíble a lo largo de siglos, promoviendo la aparición de civilizaciones o culturas a lo largo de la costa y la sierra.
Gracias a los celtas/cartagineses, Perú fue la única zona de Sudamérica donde surgieron pueblos sedentarios organizados, mientras que en el resto de Sudamérica solo existían cazadores y recolectores.
Con el declive de las civilizaciones o culturas creadas, los celtas/cartagineses establecen el Imperio Inca, que reconstruye los pueblos abandonados y en caos.
A lo largo de muchas generaciones, la civilización celta/cartaginesa se diluye mezclándose con las poblaciones locales hasta desaparecer con la llegada de los españoles.
Existen pruebas tangibles, así como leyendas y otros rastros importantes que respaldan esta historia.