lunes, 14 de febrero de 2011

SEMILLAS DE PAPAS NATIVAS DE PERU SE ENVIARAN AL ARTICO PARA SU CONSERVACION

Una Muestra de la Diversidad de Papas en Perú


Al menos 1.500 semillas de distintas variedades de papas nativas provenientes del Cusco serán enviadas para su almacenamiento a la bóveda global de semillas de Svalbard –conocida como el arca de Noé vegetal–, ubicada en el círculo Ártico.

Esta iniciativa impulsada por un grupo de comunidades indígenas del Cusco y la ONG Andes tiene como objetivo garantizar a futuro este material genético, el cual se afectaría producto del calentamiento global.

El director de la ONG Andes, Alejandro Argumedo, comentó que han observado que el cultivo de papa se debe realizar a unos 300 metros de altitud más arriba de lo usual, como consecuencia de las mayores temperaturas registradas.

“Esta situación ha preocupado a las seis comunidades que han creado el Parque de la Papa –el cual es una especie de reservorio de las semillas– y, por ello, decidieron hacer el envío de las semillas para su almacenamiento a futuro”, apuntó.

También comentó que esta es la primera vez que un grupo de comunidades indígenas envía semillas a la bóveda. “Este es un hito mundial. Esto pone al Perú en la vanguardia de iniciativas de conservación de material genético”, resaltó.

La ceremonia de inicio de los envíos de semillas se realizará el próximo martes en el Parque de la Papa (Cusco), donde ya se han acumulado hasta el momento unas 1.400 semillas. El objetivo es que en el plazo de dos años se pueda trasladar al Ártico el total de semillas planificadas.

En este esfuerzo también está involucrado el Centro Internacional de la Papa, organismo que ayuda a estas comunidades en la recolección de las diferentes semillas.

Argumedo señaló que para el Perú resultaría muy costoso tener una bóveda como la que se encuentra en Svalbard, la misma que cuenta con ayuda financiera de diversas instituciones del mundo.

El Perú posee 3.000 variedades de papa nativa, las que se cultivan en 19 regiones del país, según el Instituto Nacional de Innovación Agraria.

Esta bóveda de semillas es un gigantesco congelador natural para mantener, con una temperatura permanente de unos 18ºC, a las cientos de miles de semillas que se van almacenando.

Hasta el año pasado ya se habían almacenado en el arca de Noé vegetal 500 mil semillas de plantas provenientes de diversas partes del mundo en esta bóveda instaurada en el 2008.

Via ADEX



La Minería Ilegal Destruye Madre de Dios

La Minería Ilegal Destruye la Amazonía Peruana

La minería informal provoca daños irreversibles sobre los ecosistemas. Las víctimas son la flora, la fauna y las aguas.

Lo primero que hacen los extractores es arrasar con el bosque y con ello matar o ahuyentar a la fauna. Luego cavan un hoyo y lo llenan de agua. Una motobomba que arroja un poderoso chorro de agua convierte en poco tiempo al hoyo en un pozo y luego en una laguna artificial. Otra motobomba lleva la arena mezclada con oro a una tolva donde se procede a la separación del oro usando mercurio.

El mercurio y el combustible usado por los motores que accionan las motobombas contaminan los suelos y los arroyos de donde se extrae el agua para las operaciones. En pocas horas, un puñado de extractores provoca un verdadero desastre irreversible en el bosque virgen, en los suelos y en las aguas.








jueves, 3 de febrero de 2011

AMAZONAS: Alerta ecológica en el Amazonas por dos graves sequías en cinco años


Un nuevo estudio muestra que la sequía sufrida en la cuenca del Amazonas el verano pasado puede haber sido incluso más dañina para los bosques de la región que la sequía inusualmente fuerte de 2005, que fue considerada entonces como un fenómeno de esos que ocurren una vez en un siglo. Ahora, se han sucedido dos periodos de extrema sequedad en un lustro.

El análisis de la lluvia caída en cinco millones de kilómetros cuadrados de la Amazonía durante la estación seca de 2010 se publica en la revista 'Science' esta semana y muestra que la sequía fue más dispersa que la de 2005.

El equipo de investigadores, formado por expertos británicos y brasileños, también calculó el impacto de esta sequía sobre el ciclo de carbono de los bosques. Como es sabido, los árboles capturan el CO2 del aire (el principal gas de efecto invernadero) y lo incorporan a sus tejidos. El carbono se libera de nuevo a la atmósfera cuando los árboles arden y también cuando se pudren, aunque en esta caso la emisión es mucho más lenta.

Según los autores, durante la sequía de 2005 los bosques amazónicos liberaron unos 5.000 millones de toneladas de CO2, debido a que el clima extremo provocó la muerte de muchos ejemplares. Y durante la sequía de 2010 la cantidad de carbono emitido puede haber sido incluso mayor. Hay que tener en cuenta que cantidades de ese calibre equivalen a las que produce un país como EEUU en todo un año. En 2009, por ejemplo, ese estado produjo unos 5.400 millones de toneladas de CO2.

Los autores sugieren en su artículo que si las sequías de este tipo se hacen más frecuentes, el Amazonas dejará de funcionar como un sumidero de las emisiones producidas por el hombre, tal y como ha sido hasta ahora.

Sequías inusuales

El autor principal, Simon Lewis, de la Universidad de Leeds, afirma en una nota distribuida por el servicio de noticias científicas Eurekalert: "Observar dos eventos de esta magnitud en un periodo de tiempo tan breve es extremadamente inusual, pero por desgracia es un hecho que concuerda con los modelos climáticos que proyectan un futuro oscuro para la Amazonia".

La cuenca del Amazonas abarca terrenos de seis países sudamericanos y cubre una extensión de hasta siete millones de kiómetros cuadrados, lo que equivale a 14 veces España. Otros estudios de la Universidad de Leeds habían estimado que esa amplia zona de bosque ecuatorial funciona como un receptor de CO2 atmosférico y en años meteorológicos normales llega a absorber unos 1.500 millones de toneladas. Aunque en muchas partes del Amazonas también se emite CO2 debido a la deforestación, las talas y los fuegos, el saldo total es positivo. La cuenca contribuye así a frenar el calentamiento global ya que funciona como receptora de los gases de efecto invernadero producidos en otros lugares.

Sin embargo, no fue así en 2005. La extrema sequía provocó la muerte de muchos árboles. Los estudios de campo demostraron que en esa época extrema los bosques ralentizaron su metabolismo y dejaron de absorber CO2 del aire. Al mismo tiempo, los árboles muertos y en descomposición liberaron carbono. En su momento, los meteorólogos describieron aquella sequía, que afectó especialmente al suroeste de la cuenca, como un evento extremo de los que ocurren una vez cada siglo. Pero cinco años después, la región ha sido golpeada por otra sequía similar que provocó que el nivel del agua en los cauces llegara a mínimos históricos, como es el caso del río Negro, uno de los principales tributarios, que registró su peor medición histórica.

El estudio recién publicado, liderado por el británico Lewis y el brasileño Paulo Brando, del Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazonia (IPAM), empleó la relación conocida entre la intensidad de la sequía de 2005 con la muerte de árboles para estimar el efecto producido por la recién terminada escasez de lluvias de 2010.

Descomposición de árboles

Los científicos creen que, debido al estado de estrés que ha sufrido la selva durante este periodo de falta de lluvias, no va a ser capaz de absorber CO2, tal y como hace habitualmente. Eso ocurrió en 2010 y también pasará en 2011. Además, aseguran que en los próximos años el Amazonas emitirá unos 5.000 millones de toneladas de carbono provenientes de los árboles muertos que entrarán en fase de descomposición.

El doctor Brando, afirma: "No podremos saber exactamente cuántos árboles han muerto hasta que no completemos el trabajo de observación directa en el campo. Puede ser que muchos de los árboles más sensibles a la sequía ya murieran en 2005, lo que podría reducir el número de los desaparecidos en 2010. Pero por otro lado, la primera sequía pudo dejar debilitados un gran número de ejemplares, y éstos quizá no han resistido el segundo golpe recibido en 2010".

Brando afirma que el estudio debe verse como una "estimación inicial". De hecho, el cálculo de emisiones no incluye las proveniente de los fuegos, que se extendieron por numerosas áreas durante los días de calor y falta de agua. Esos fuegos liberaron grandes cantidades de carbono de forma súbita". Algunos modelos climáticos indican que las sequías en el Amazonas como consecuencia del calentamiento global.

El doctor Lewis añade: "La sucesión de dos sequías extremas e inusuales en menos de una década sirve de sobra para anular el CO2 absorbido por los bosques intactos durante ese mismo tiempo. Si fenómenos como éste empiezan a ocurrir más a menudo, la selva amazónica llegará a un punto en el que dejará de ser un valioso almacén de carbono capaz de ralentizar el cambio climático a convertirse ella misma en un punto de emisión capaz de acelerar el fenómeno".

Todavía hay considerables incógnitas sobre el impacto del cambio climático en el Amazonas. Este nuevo estudio se añade a un cuerpo de evidencias que sugieren que las sequías severas se harán más frecuentes, acarreando importantes consecuencias para los bosques amazónicos. Si los gases de efecto invernadero contribuyen a las sequías del Amazonas, que a su vez provocan incendios y muerte de árboles que producen CO2, este es un proceso de retroalimentación sumamente preocupante", dicen los autores

Pedro Cáceres – Via El Mundo



video: http://www.youtube.com/user/cyltelevision

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